sábado, 30 de novembro de 2019

Las monedas sociales en Portugal

Las monedas sociales son una herramienta creada y utilizada por comunidades cuyo objetivo es facilitar los intercambios de productos, servicios, o incluso de conocimientos. Una de sus principales funciones es recuperar la función para la que nació el dinero: ser un instrumento de intercambio útil para la comunidad y la economía real. Para conseguirlo, la moneda social pretende equiparar la moneda con el resto de bienes físicos, es decir, que el dinero caduque en manos de aquella persona que lo retenga más de lo necesario.
Las monedas sociales crean un sistema monetario basado en la confianza, la reciprocidad y la solidaridad. Sirven como un complemento a la moneda oficial, pero pueden perder valor con el tiempo a través de un fenómeno llamado oxidación o interés negativo con el objetivo de evitar su acumulación. Se caracterizan también por tener bajos o nulos tipos de interés asociados a la moneda local y por su ausencia de inflación debido a la adecuación de la economía monetaria con la economía real.
Entre los objetivos de este tipo de cambio se destaca la intención de combatir las crisis financieras y monetarias a la vez que suavizar las políticas deflacionarias de los bancos centrales, por la puesta en valor y la cuantificación de los recursos económicos locales que no están valorados por el sistema monetario oficial. Además, genera acceso a la moneda y al crédito a las comunidades desmonetizadas y así intenta reducir la exclusión social y financiera de estos colectivos.
Existen dos formas de crear este tipo de monedas: El primero de ellos es desde las redes de trueque (productos) y los bancos de tiempo (servicios). Los bancos de tiempo usan la divisa tiempo y las redes de trueque una moneda social propia y característica. En ambos casos se denominan monedas de “crédito mutuo”. El segundo consiste en las monedas soportadas por euros que se compran con moneda de curso legal y cuyo objetivo principal es el apoyo del comercio local de proximidad. Esta ultima forma es la más conocida.  
Gracias a las estrechas relaciones entre Portugal y Brasil, en el país ibérico se aceptó en modelo de monedas sociales para ferias de corta duración en el centro del país: Coímbra, Santarém, Covilhã. También existe un nivel de interés muy alto por el modelo Banco Palma que ha sido muy exitoso en Fortaleza, Brasil.
Una iniciativa muy interesante es la de la Cooperativa Terra Chã, en Chãos. Es una cooperativa agraria que produce diferentes productos agrícolas (principalmente queso de cabra y miel) que sirven de respaldo para emitir su moneda social. Por ejemplo, si un kilo de queso de cabra vale 15€ y esta cooperativa produce una tonelada de queso de cabra, puede emitir hasta el equivalente de 15.000€, siempre y cuando la gente esté dispuesta a consumir este producto. Como el producto final que quiere la gente es queso, a la gente le da igual el pago en euro o en moneda social emitida por la cooperativa.
También en Montemor-o-Novo se está preparando otra iniciativa llamada Mor. La asociación Rede de Cidadania de Montemor-o-Novo ha estado dialogando con políticos y  comercios locales para fomentar un consenso para crear una moneda respaldada con euro, similar a Chiemgauer o Bristol Pound.
En mi opinión, las monedas sociales tienen la gran ventaja de que a través de que sea la comunidad quien gobierna y toma las decisiones sobre su dinero de forma democrática, se recupera la soberanía monetaria. Esto, a su vez, hace que se abra la posibilidad de crear nuestro propio medio de intercambio basado en nuestra propia producción y así la circulación de dinero convencional se transforma en una circulación suficiente y abundante.
La economía que crean las monedas sociales es más sostenible y solidaria y fomenta el comercio justo y ético ente las diferentes partes de los intercambios. También creo que la moneda social se queda en la localidad circulando entre los miembros del colectivo que las utiliza y crea riqueza allí mismo.

Alicia Muñoz Fernández

[artigo de opinião produzido no âmbito da unidade curricular “Economia Portuguesa e Europeia” do 3º ano do curso de Economia (1º ciclo) da EEG/UMinho]

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